La comida japonesa no solo es deliciosa, sino que también es extremadamente beneficiosa para la salud. Es una dieta baja en grasas, pero rica en nutrientes y carbohidratos de absorción lenta. Además, tiene un alto contenido de proteínas, aunque es baja en carne. Esta dieta ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial y es venerada por millones de personas en todo el mundo.
Los beneficios de la dieta japonesa se ven potenciados por los buenos hábitos alimenticios tradicionales de la población nipona, como masticar con calma y evitar comer en exceso. Estos factores contribuyen a que Japón tenga la mayor esperanza de vida en el mundo y una gran cantidad de personas que llegan a los cien años de edad.
Además de la longevidad, la ciencia ha demostrado que la dieta japonesa también puede combatir ciertas enfermedades. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Metropolitana de Osaka en Japón ha revelado que el consumo de platos japoneses puede ayudar a frenar la progresión de la enfermedad hepática no alcohólica, conocida como hígado graso.
En este estudio, se analizó la fibrosis hepática en 136 pacientes con esta enfermedad. Se les proporcionó a algunos de ellos una mayor cantidad de comida japonesa que a otros, y se observó que el grupo que consumía más comida japonesa tenía una menor progresión de la enfermedad. Los resultados del estudio indicaron que un alto consumo de productos de soja, mariscos y algas tenía un efecto supresor significativo en la progresión de la fibrosis hepática. En consecuencia, se sugiere que la dieta japonesa podría ser una opción efectiva para tratar a estos pacientes.